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Cada vez más gente decide que es hora de empezar a ejercitar su cuerpo y se introduce en el mundo del deporte. Hoy en día estamos rodeados de información que nos dice que casi todo con lo que convivimos es perjudicial para nuestra salud, así que muchas veces buscamos la solución en la adquisición de hábitos saludables. Cuando todavía no conocemos demasiado bien cómo funciona eso de la vida sana solemos buscar en Internet o consultar a nuestros conocidos. Y, claro, eso está muy bien, pero a veces nos topamos con mitos sobre el deporte que pueden llegar perjudicarnos.
1) Cuanto más se suda, más se adelgaza
¡Falso! Cuando sudamos perdemos líquidos, no calorías. La sudoración es indicativa de que tenemos calor o de que estamos haciendo un esfuerzo físico (como es el caso), y es éste el que nos puede hacer adelgazar, no el hecho de que sudemos. Por lo tanto, sudar es una consecuencia de hacer deporte, y es el deporte lo que adelgaza. Hay personas que intentan sudar más cuando hacen ejercicio cubriéndose con plásticos y cosas por el estilo, pero estas prácticas pueden ser tremendamente peligrosas. Si perdemos mucho líquido y no lo reponemos podemos llegar a sufrir un golpe de calor. Cuando hagas deporte, recuerda hidratarte con frecuencia.
2) El músculo se convierte en grasa si dejas de hacer ejercicio
El músculo y la grasa son dos diferentes tipos de tejido, así que uno no puede convertirse en otro. Cuando hacemos deporte ejercitamos los músculos, y éstos se vuelven más firmes y fuertes y le quitan espacio a la grasa. Lo que pasa es que cuando dejamos de hacer deporte pero seguimos comiendo los mismos alimentos y cantidades, tendemos a engordar. Esto no sucede porque el músculo se convierta en grasa, sino porque, como ya no hacemos deporte, no quemamos las grasas que ingerimos, de modo que permanecen en el cuerpo y nuestra tendencia a engordar aumenta.
3) Andar no sirve para ponerse en forma
Puede que andando no vayamos a quemar tantas calorías como haciendo spinning, pero ¡por supuesto que nos pondremos en forma! Muchos expertos recomiendan andar por lo menos 30 minutos al día, ya que este ejercicio fortalece los huesos, mejora el funcionamiento de nuestro sistema cardiorespiratorio y favorece la circulación, lo que nos hace sentirnos mejor y, además, previene la aparición de varices en nuestras piernas. Si andamos un poco más de 30 minutos al día o incluso algunas horas el fin de semana podemos tonificar los músculos, corregir la postura y quemar calorías. Es un ejercicio fácil y entretenido que nos permitirá pasear por la naturaleza o la ciudad y que está al alcance de todos los bolsillos.
4) Hacer muchos abdominales elimina la barriga
Este es un mito muy extendido tanto entre gente que lleva mucho tiempo haciendo deporte como entre aquellos que jamás han entrado en un gimnasio. Pero, lo cierto es que la reducción localizada de grasa no funciona. Es decir, si ejercitamos sólo un grupo de músculos no conseguiremos reducir la grasa que hay en esa zona. Cuando hacemos abdominales los músculos del abdomen se reafirman, cogen volumen y se fortalecen, pero eso no es suficiente. Si queremos perder grasa en la zona del vientre tenemos que complementar los abdominales con otros ejercicios. Puede ser cualquiera, las únicas condiciones son que dure más de 30 minutos y que se mantenga a un ritmo e intensidad estables. Por ejemplo, podemos hacer aerobic, zumba, ir en bicicleta, andar, correr… ¡Hay cientos de opciones!
5) Las agujetas desaparecen bebiendo agua con azúcar
Hacer deporte es muy reconfortante y divertido, además de un reto personal para cada uno. Pero, a veces, cuando nos despertamos el día después de habernos pasado toda la tarde en el gimnasio o después de haber hecho una excursión en bicicleta demasiado larga, desearíamos no haberlo hecho. Las agujetas pueden llegar a dolernos tanto que podemos vernos obligados a pasarnos el día intentando no movernos. Cuando alguien nos ve en tal estado de molestia nos suele de decir eso de: “¡Toma agua con azúcar! ¡Es mano de santo!”. Pues no. Se ha demostrado que este remedio casero es inútil. La misión del agua con azúcar era la de eliminar los cristales de ácido láctico que en principio se formaban en el músculo tras hacer deporte, pero varios estudios han concluido que las agujetas no se deben a la formación del ácido láctico, sino a un daño muscular a nivel microscópico. Por eso, la mejor solución para desprendernos de ellas es hacer estiramientos suaves y practicar actividad física ligera.
6) Hacer deporte aumenta el apetito
¡Al contrario! En realidad lo reduce. Cuando hacemos deporte aumentamos nuestros niveles de leptina, una hormona que libera las células grasas responsables de avisar a nuestro cerebro que ha llegado la hora de dejar de comer. Por si fuera poco, también aumenta nuestra cantidad de amilina en sangre, lo que minimiza la sensación de hambre. Vemos así que hacer deporte reduce el apetito. De todas formas, debemos recordar que es muy importante alimentarse bien siempre, pero sobre todo cuando se hace ejercicio físico. Nuestro cuerpo necesita recibir la energía necesaria para seguir haciendo deporte. Si no comemos bien podemos tener un problema grave.
7) Se deben comer muchos carbohidratos
Claro, pero se debe comer de todo. Muchas personas piensan que comer carbohidratos después de hacer deporte ayuda a aumentar la masa muscular, pero eso no es cierto. No por comer se va a crear más músculo. Además, todas las necesidades del cuerpo deben ser cubiertas: hay que ingerir más que carbohidratos. Varias investigaciones han demostrado que la ingestión de carbohidratos sólo mejora el rendimiento de los ejercicios si se ha hecho deporte durante más de 90 minutos. Así que, si has estado corriendo durante media hora o 45 minutos y luego te preparas un plato de pasta para ayudar a tus músculos a fortalecerse y tonificarse, ¡no sirve!
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