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Bostezar, frotarse los ojos o quedarse dormido a las 2 del medio día; son algunos de los síntomas de la somnolencia diurna. Pero tranquilo ¡No eres el único!
En algunos casos la fatiga puede ser un problema médico, pero la mayoría de veces la somnolencia suele provocarla algunos comportamientos o hábitos que tenemos. Por lo tanto, solo es necesario hacer algunos ajustes en nuestro estilo de vida para aumentar el nivel de energía del cuerpo.
Estos son algunos de los delincuentes del sueño.
1. Cafeína
El circulo vicioso de la cafeína. Despertarse y tomarse una taza de café para despertar es uno de los rituales más comunes, pero al igual que nos da la energía necesaria para empezar el día, también nos puede quitar horas de sueño al acostarnos. Ya que la cafeína está en el organismo durante 8 horas, por lo que no es recomendable beber más de dos tazas durante la mañana. Así como no beber más café por la tarde.
2. Alcohol
Esa copa de vino o esa cerveza fría con la cena puede parecer que nos ayuda a relajarnos. Pero en realidad el alcohol provoca que el sueño se interrumpa con más frecuencia y aumenta el numero de veces que nos despertamos durante la noche, haciendo que por la mañana nos sintamos más cansados y con la sensación de no haber descansado suficiente. Por lo tanto, para evitar esta situación, la mejor solución es no beber ninguna bebida alcohólica 3 horas antes de acostarse para tener una mejor noche de sueños.
3. Deshidratación
Uno de los síntomas de la deshidratación es la fatiga. No tener suficiente agua en el organismo puede reducir los niveles de energía y causar dolores de cabeza, mareos e incluso náuseas. Según recientes estudios, los hombres necesitan beber 13 vasos de agua al día y las mujeres 9 vasos diarios.
Pero hay que tener cuidado con beber demasiada agua antes de acostarse o de lo contrario habrá que hacer viajes nocturnos al baño.
4. Nutrición pobre
Comer poco saludable, alimentos procesados, dulces y refrescos, puede causar que los niveles de azúcar en sangre se disparen y después caigan en picado. Esto provoca la sensación de fatiga y agotamiento. En cambio consumir alimentos nutritivos como fruta, verduras, fuentes de proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa; cada pocas horas ayda a mantener los niveles de azúcar en sangre estables.
Finalmente, es beneficioso no comer grandes cantidades de comida antes de acostarse. Ya que al acostarse se ralentiza el proceso de digestión.
5. Falta de ejercicio
La Fundación Nacional del Sueño dice que las personas que hacen ejercicio duermen mejor por las noches. La actividad física mejora el flujo sanguíneo y aporta más oxigeno a las células. Solo con 150 minutos de actividad física con una intensidad moderada por semana (5,30 minutos al día), ayuda a sentirse más alerta y enérgico durante el día.
6. Ejercicio antes de acostarse
Entrenar y hacer ejercicio antes de ir a dormir o en altas horas de la noche dificulta conciliar el sueño para algunas personas. Es mejor hacer ejercicio 3 horas antes de acostarse, de este modo es más fácil quedarse dormido.
7. Privación del sueño
Una de las causas más comunes de la fatiga durante el día es la falta de hora de sueño. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño durante la noche para tener un buen rendimiento durante el día. Para mejorar el proceso de dormir y como consiguiente tener un mejor sueño y descanso, es mejor evitar cualquier distracción de la habitación, como el móvil o el ordenador. Y dormir en una habitación oscura y con una temperatura estable también ayuda a que el proceso de dormirse sea más rápido, así como tener un horario establecido para acostarse.
8. El peso
Las personas con sobrepeso son más propensas a sufrir apneas del sueño, caracterizadas por los ronquidos y el sueño interrumpido. La solución es bajar de peso y consultar con el médico como evitar las apneas del sueño. De este modo se conseguirá estar más descansado.
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