Ganando autocontrol

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Se suele decir que el mantenerse en forma es cuestión de autocontrol. De ser consistente con el entrenamiento y alimentarse de forma saludable. Pero ¿qué es el autocontrol exactamente? ¿cómo podemos obtener una voluntad de hierro?

Al hablar de autocontrol, podríamos pensar en algo que nos permite ser lo bastante fuertes para decir “no” ante las oportunidades negativas que se nos presentan. Por ejemplo, estás en una fiesta en la que hay una bandeja de camarones para todo aquel que quiera comer. Te encanta el sabor de los camarones, pero eres alérgico al marisco, así que decides contenerte y no comer, ya que sabes que hacerlo llenará tu cuerpo de sarpullidos unas horas después.

En esto consiste el autocontrol. En no tener la vista puesta simplemente en el placer inmediato, sino tener el suficiente convencimiento, la suficiente fe, para ver los efectos que va a producir nuestra conducta a más largo plazo. Si estás completamente convencido de lo que todavía no ves, si para ti los sarpullidos que va a producirte comer esos camarones son tan reales y presentes como si ya los tuvieses encima, te va a ser mucho más fácil controlarte de comerlos.

De igual forma, sacas las fuerzas para entrenar cada día, enfocándote en lo bien que te vas a sentir después de haber entrenado. Pensando en la fuerza, el aspecto, o la resistencia que vas a ganar en unos meses. Trayendo al presente como una realidad segura aquello que todavía no ves con tus ojos, sino con los ojos de la fe.

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


autocontrol

Algunas claves para ganar autocontrol pueden ser:

1. Se intencional

No dejes la mente en piloto automático. Hazte preguntas intencionalmente.

-Si dejo de entrenar hoy ¿Me sentiré feliz con esa decisión más tarde?

-Si me zampo ahora media tarta ¿De verdad no pasará nada? ¿Mi fuerza de voluntad quedará fortalecida o debilitada para la próxima vez?

Pensar y motivarse puede dar pereza. Pero en gran parte es por eso que hay más personas fuera de forma que personas con un buen físico.

2. Toma control del entorno

Llena tu nevera de alimentos saludables para evitar tentaciones. Come bien y sano antes de ir al supermercado, para evitar comprar cosas que no convienen. Entrena en casa si te da mucha pereza arreglarte y salir a un gimnasio. Busca un gimnasio y un compañero, si no tienes la disciplina de entrenar solo. Esto son solo ejemplos, se trata de modificar en lo posible tus circunstancias para que te sea más fácil llegar al fin que quieres.

3. Utiliza el refuerzo positivo

Prométete recompensas por mantenerte consistente (¡Pero que la recompensa no sea romper la dieta!). Quizás un nuevo gadget o smartphone por mantenerte fiel a tu plan de entrenamiento durante 4 meses. O regalarte una escapada o salida a algún sitio.

4. Utiliza el refuerzo negativo

Aunque el refuerzo no está muy de moda con la oleada de positivismo del mundo actual, la clara conciencia de que hacer algo que no nos conviene nos va a producir un perjuicio, es un arma poderosa para ayudar a evitarlo.

Para esto es ideal contar con la ayuda de un compañero. Por ejemplo: el que no aparezca para entrenar a la hora convenida, pagará la cuota del gimnasio del mes siguiente. O el que pierda menos kilos en la semana, paga un desayuno la semana siguiente.

5. Crear el hábito

Ser muy consciente de que, cada vez que cumplimos con el entrenamiento y la dieta, no solo es una batalla ganada más, sino que estamos dando un paso para grabar y fortalecer el hábito. Los hábitos hacen mucho más fácil continuar, pero a su vez, se edifican precisamente continuando. Si hoy consigo mantenerme fiel a lo que me he propuesto, mañana será más fácil y automático hacerlo.

Date tiempo de construir un hábito, y verás tu vida cambiar delante de tus ojos.

6. Mira el final

Tal y como mencionábamos al comenzar este artículo, ganar autocontrol consiste en gran medida en visualizar las consecuencias futuras. En percibirlas como algo totalmente real y que llegará. Tener un sueño y un objetivo, y, a más corto plazo, tener muy claro el efecto de nuestras acciones, nos ayudará a decir NO a lo que hay que decir que NO, y a decir SI y ponernos en movimiento en el momento adecuado.

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