Guía de supervivencia para salir a cenar fuera haciendo dieta

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Salir a cenar fuera puede parecer una odisea para todos aquellos y aquellas que están a dieta. Pero no tiene porque ser así, queremos mostrarte 4 trucos que verás como la Biblia a partir de ahora. Si estás a dieta y te encanta comer fuera, esta es tu guía de supervivencia.

1. Llamar con anticipación
libro de reservas de un restaurante
Esperar 45 minutos para sentarte en una mesa puede ser molesto pero no sólo eso. También puede hacer que comas más. Y es que la vista y el olor de los platos que te pasan por delante estimula al cuerpo a comenzar el proceso digestivo. Los músculos del estómago se relajan y disminuyen los niveles de azúcar en la sangre que provocan que sientas hambre. ¿La solución? sencilla; reservar una mesa y llegar justo en el momento para no tener que esperar.

2. Tomar un descanso en el cuarto de baño
Muchas veces antes de cenar has podido quedar para tomar unas cervezas y las estarás bajando justo al abrir el menú. Cuando estás ansioso, tus instintos te dicen que busques alimentos de alto contenido graso para calmarte. Si te sientes así, es el momento de que vayas al baño y hagas 10 respiraciones profundas. Estas respiraciones engañarán al cerebro para que piense que está relajado y, cuando está tranquilo, es más probable que tome decisiones racionales.

3. Leer entre líneas
plato de comida acompañado de salsas
Costillas suculentas de cerdo con finas hierbas, tarta de queso ricotta aterciopelada. ¿Has podido controlarte? Adjetivos descriptivos como delicioso y jugoso están en todos los menús de restaurantes y realmente pueden hacer que pidamos más. Cuanto más fácilmente reconoces estos adjetivos, menos te influirán. No pedir “salsa aparte”es algo básico a la hora de cuidar la dieta ya que esto podría agregar 200 a 300 calorías adicionales a tu comida.

4. Pagar con dinero en efectivo
pagando la cuenta en efectivo
Camine a su boutique favorita con una tarjeta de crédito y es probable que salga con zapatos y joyas para acompañar a ese vestido que sólo habías planeado comprar al principio. La investigación demuestra que funciona de la misma manera con la comida. En una muestra de 100.000 cuentas de restaurantes realizadas por Visa, las personas que pagaban su comida con una tarjeta de crédito gastaban hasta un 30 por ciento más que los que utilizaban dinero en efectivo. Si pagas con crédito, pierdes de vista el total de la comida, y es más probable que derroches en extras como postres y cócteles. Esto es una mala noticia tanto para tu bolsillo como para las calorías que sumas a tu comida. Si no puedes pagar con dinero en efectivo, determina una cantidad razonable para gastar de antemano y limítate a ese precio.

Si eres de los/las que se preocupan por tener un vientre plano, aquí tienes algunos alimentos que te ayudaran a conseguir tu meta.

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